jueves, 11 de julio de 2013

apples


Odio las manzanas. Para ser exacta no odio todas las manzanas...pero si las que tenía cerca de mi casa.
Tengo que decir que me encantan las Grand Smith y las manzanas golden muy verdes (me encantaba ir a robarlas a un campito justo antes de la casa de Nino del Casón...qué ricas, todavía me acuerdo de su sabor, tan fresco. Jugosas. Piel tersa. Creo que era la adrenalina del robo, si estuviesen en un frutero en casa, ni las miraría...)



No me sé los nombres pero alguna es ollo mouro, la reineta, la blanca de toda la vida, la encarnada, creo que estas son unas pequeñitas con las que hacíamos el membrillo

 

 -Si, qué pasa, en mi casa el membrillo se hace con manzanas...jajaja
 -Pero entonces llámale dulce de manzana...
 -Pues no me dá la gana, en mi casa se llamó siempre membrillo...y para mí es membrillo. Qué rico.Teníamos una pota muy grande, de esas en las que las abuelas hacen el cocido y los callos, la llenábamos de manzanas, azúcar, agua creo.. uff, hace tantíisimos años..y a remover, remover para que no se pegase y luego rezar para que las cantidades de azúcar fuesen lo suficiente para que cuajase...

El membrillo se comía durante casi todo el año, se guardaba al fresco y siempre había que sacarle una capa de moho de la parte de arriba... jaja
¿lo habéis probado alguna vez?



De pequeños las manzanas también las usábamos para aplastárlas contra un árbol. Nos enseñó mi padre para poder beber el jugo. La última vez que lo hice estaba en un campo al lado del río Tallabraga.
Cuando nos aburríamos las enganchábamos en un palo y jugábamos a ver quién la lanzaba más lejos...siempre ganaba mi hermano. Era él también el que desde enano se subía a las maciñeiras (manzanos) como un monito. 

Llegaban las fiestas de la Romaxe, segundo fin de semana de septiembre y luego empezaba la temporada de recogida de manzana. Nosotros ayudábamos a apañar (recoger) las manzanas de Elena, nuestra vecina. Miles y miles de kilos. Miles y miles de sacos de plástico, de patatas, del pienso, con agujeros. Cuánto jodía vaciar un cubo y ver que se escapaban por los agujeros...
-Vaia merda de sacos- siempre se decía
Odié las manzanas, las arañas, las cacas de vaca, las ortigas, los pinchos... pero el año pasado en octubre cuando estaba escondida en Ortigueira para que Amanda no me viese antes de su boda, le ayudé a Sesa a apañar unos sacos... No lo echaba de menos... pero, me gustó! Es trabajo en equipo y qué bien sienta el cafecito de después: Sesa, Mª Luz y yo... un lujazo!
Muacks!




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