Leía a Rosalía, a Pondal, Curros.
Leía con pasión.
Alguna vez incluso pensaba en cómo era capaz de concentrarse en nuestra clase. Era 3ºA y no dejábamos títere con cabeza.
Unos para no estar 100% atentos entre verso y verso nos girábamos a la mesa de atrás. Allí estaba Vicente con maizotes...mmm.. qué ricos.
Así se pasaba mejor la "Xeración Nós" y la sal nos llevaba al "Rexurdimento" antes del bocadillo obligado del primer recreo (yo no aguantaba al segundo. Casi siempre medio bocata de tortilla), otros cantaban aquella canción tan famosa de los Rodríguez. Seguro que os acordáis: Déjame atravesar el tiempo, Sindocumento.
Sin documentos
En aquel año sonaban los ojos negros de Duncan Dhu, el 20 de abril de Los Celtas Cortos, voy de negro de Loquillo, Revólver, la Booooooomba.
La noche empezaba en La Charca; al lado de la casa de Mo. Durante años quedábamos allí. Las modas iban cambiando y nos juntábamos en los Primos en la calle General, con los de la Banda en el Tío Tom, ahora la gente se va a las verbenas como hacían nuestros padres.
Vuelta al origen!
Cuando daban las dos de la mañana nos marchábamos a la discoteca: Komite, Empire, Zero... siempre la misma con distintos nombres hasta las cuatro en que nos recogían nuestros padres. Bailar, ligar, ronear, admirar los cuerpos loibeses que tenían como buena costumbre sacarse la camiseta colgándola en un lado del pantalón subidos a las tarimas de baile, hasta que alguien les decía que no podían...
- ooooh
- este verano lo recordaba en la calle Barrera en LaCoru con Patri, Pato, Nico, Juank, o primo y con Casás.
Él era uno de esos...
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