Era por la tarde, un domingo creo.
Los cuatro en el "cuatro latas" íbamos al Baleo a casa de mi abuelo que vivía cerca de la capilla de S. Fernando, al lado de la carretera dirección Couzadoiro.
Siempre me preguntaba por qué no teníamos un coche bonito y no un 4L. Claro, era mucho más cómodo para trabajar. Armando da Rozabella metía en él andamios, baldes, cozos, sacos de cemento, plaqueta, cajas con herramientas..
Mi padre conducía. Mi madre todavía no había sacado el carnet de conducir, llevaba a mi hermano en el colo, envuelto en una mantita, pero no una manta cualquiera, era "la mantita".
Era mi mantita, que luego heredó Jose y luego mi padre, para envolver los pies... pero era mi mantita.
Tenía cuadros rojos, con algo de blanco y azul. Creo que la había comprado mi abuelo...
Estaba equivocada, mi madre me dijo hoy que había sido Carmen de abaixo la que me la regaló.
Yo iba en el asiento de atrás, detrás del asiento del conductor (con los años ese sitio era motivo de discusión entre mi hermano y yo. Los dos queríamos ir justo detrás del conductor.. no recuerdo por qué. Y con más años el asiento que queríamos era el de copiloto y con los 18, el de conductor...).
Cuando pasamos por delante de la discoteca "La perla" (muy famosa por sus bailes, por los guateques; que todavía se llamaban así en 8º de EGB. Con el tiempo famosos fueron los desfiles del instituto, los carnavales, escenario de muchas juergas y atrezzo de Almodóvar) mi padre paró el coche justo delante, donde aparcaban los coches.
- Mariluz, dame a manta
Mi madre le sacó la mantita a mi hermano y se la dio a mi padre
Yo me moví al otro lado del asiento... qué estaba pasando? por qué habíamos parado? Y mi mantita.. para qué?
De repente, la veo en el suelo tirada, qué pasa? Veo que mi padre se agacha y con cuidado recoge algo del suelo que envuelve en la manta.
Viene al coche y le dice a mi madre
-Mira Mariluz... un paxariño. É moi mansiño. Debeuselle escapar a alguén
Era un periquito, azul y blanco.
Nuestra primera mascota
(Tengo alergia a perros, gatos, pájaros...)
Pero era tan bonito. Nadie lo reclamó y nos lo quedamos.
Llegamos al Baleo. Yo estaba alucinada.
No teníamos jaula. Mi padre vació una caja de galletas Fontaneda.
Esas que tanto me recuerdan a mi abuelo. Seguro que Jose también se acuerda. Siempre nos daba galletas Fontaneda y nocilla para untar. Ah, y cuando mi madre no miraba, un chupitin de Sansón...jajajaja... qué ricooo.
Hizo unos agujeros a la caja y metió creo que algo de pan y así nos lo llevamos a La Rozabella.
Tampoco le pusimos nombre al periquito
(creo que la Familia Martínez es poco dada a nominar...jaja)
No estoy segura, pero creo que Manolita del Calvario nos dejó una jaula (ella tenía criaba canarios) y allí estuvo hasta que 4 o 5 años después, justo enfrente de mi casa, mi madre vio a un canario. Corriendo fue a casa a por la jaula del perico y la acercó.
Ese día conocimos a nuestra segunda mascota sin nombre
Al principio se llevaban fatal. Teníamos dos jaulas, pero con los años el canario se quedó sólo solamente 3 o 4 días... después se murió de pena, y sin nombre.
El otro día llegó otra mascota a nuestra casa, esta vez le hemos puesto nombre. Antonia, una gatita preciosa. Ya tengo ganas de verla! Prometo poner alguna fotito! Ya veréis qué bonita!
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